Rafael Gorrochotegui

Esta semana nos vamos a poner esotéricos. Sigue leyendo y no te asustes.

Una de las cosas que me ha llamado la atención en los últimos años es el tarot, una herramienta que muchos le temen por tener una idea errónea de estas cartas. Cuando conocí el tarot, no lo pensaba como estas cartas en que las personas se reúnen en un cuarto oscuro para tener alguna respuesta sobre su futuro. Lo que vi en estas cartas fue una serie de arquetipos que reflejan decisiones y acciones que podríamos hacer en el presente y que pueden ayudarnos en un futuro. Es una perspectiva diferente porque, en vez de asignarle poderes a unas cartas, nosotros somos quienes tenemos el poder de definirlas para aplicar estas ideas a nuestra vida. Sin embargo, existen momentos de sincronicidad que se sienten inexplicables y terminan siendo de mucho significado en momentos específicos.

Por ejemplo, en los últimos meses me ha llamado la atención una carta que se conoce como El Carro o La Carroza. Esta parece ser una imagen bastante clara de una persona que es llevada por un vehículo con dos caballos. Esta imagen puede variar dependiendo del tipo de tarot que utilizamos, pero la descripción anterior es la que aparece en casi todas sus variaciones. Mientras más me preguntaba por qué esta carta, más me sorprendí.

Hagamos un poco de numerología básica. Si sumamos los números del año 2023 nos da el número 7, que es justamente la posición en la que se encuentra El Carro en la secuencia del tarot. Ahora, cuando lo vemos así, siento que El Carro tiene un mensaje muy importante que decir en el 2023. Si bien en El Carro se ve alguien en un vehículo, tenemos muchas señales en las que ese vehículo no se encuentra en movimiento. Primero, los tres personajes que se ven en la imagen parecen estar algo cansados, casi reposando. Segundo, las tres figuras miran ligeramente a la izquierda, que usualmente se lee como poner la mirada en el pasado. Por último, si detallamos las ruedas de El Carro, vemos que tiene solo dos en vez de cuatro y estas están posicionadas de una manera que hace imposible que está en movimiento. Es decir, vemos todas las señales comunes de que algo está en movimiento, pero los detalles indican que esta persona se encuentra estancada.

Creo que muchos se encuentran estancados de alguna manera. Me refiero a nosotros como colectivo, como sociedad. Estamos en un año de muchos cambios políticos, económicos y sociales. La inteligencia artificial parece ser este villano permanente para muchas personas. Nos cuesta concebir estos cambios porque tratamos de anclarnos a lo conocido y lo cómodo. Al igual que El Carro, nos encontramos estancados aunque queremos pensar que estamos en movimiento. Ahora, si decidimos cambiar nuestras herramientas, entender lo nuevo y asumir que hay cosas que no serán como antes, entonces podemos abrir otros caminos. Si cambiamos de vehículo para movernos en el mundo, entonces nuestra relación con el entorno será diferente. Se dice con facilidad y entiendo que hay cosas a las que preferimos aferrarnos. Eso está bien en muchas oportunidades. Lo que nos invita El Carro a preguntarnos es si estamos utilizando las herramientas mentales correctas para manejarnos en el entorno que vivimos. A veces no nos damos cuenta de los cambios que podríamos hacer hasta que nos quedamos estancados en el pasado, tememos el futuro y no nos sentimos en el presente.

Estamos cerca del último trimestre del año. Todavía estás a tiempo de aceptar esos cambios, o al menos entenderlos para conocer tu relación con las cosas que suceden en tu entorno. El mensaje de esta carta del tarot puede acompañarte en el camino, y a su vez cambiará su mensaje en cada etapa de ese proceso. No sé a dónde te llevará El Carro, pero estoy seguro que terminarás en un camino inesperado.